DESGARRO

El desgarro muscular se produce cuando un músculo o un tendón se estira demasiado o se rompe. Por lo general, el desgarro muscular ocurre durante el ejercicio o las actividades deportivas. También puede ocurrir al levantar objetos pesados.

SINTOMAS

Los síntomas del desgarro son dolor, hinchazón y dificultad para mover la región afectada. Normalmente ocurre en el pie, la pierna o la espalda, a menudo cerca de una articulación. Un desgarro puede suponer desde una leve molestia hasta un dolor fuerte, dependiendo del alcance de la lesión. En los casos más graves (al desgarre total del músculo) se produce un hematoma muy extenso e inflamación más pronunciada, que inmoviliza la región afectada que se experimenta como una parálisis temporal (contractura de musculación vecina a la lesión). Si el dolor es muy intenso puede aparecer un componente de shock -aunque es poco frecuente-, con mareo y sudor frío.

TRATAMIENTO

Reposo: No se deben hacer actividades que causen dolor, si el andar normal lastima, se debe reducir su duración. No se deben practicar deportes hasta que el dolor haya desaparecido. Frío: Se puede aplicar hielo en el área lastimada, de 7 a 10 minutos cuatro veces al día, durante varios días después de la lesión. No se debe aplicar el hielo directamente en la piel. Para evitar que se extienda el hematoma y reducir la inflamación. Medicamentos antiinflamatorios sin esteroides: Estos ayudan a aliviar el dolor. Para retomar la actividad física normal se debe evaluar la respuesta muscular luego de abandonar la medicación para evitar el "enmascaramiento" (cuando la medicación oculta los síntomas). Calor: El uso de calor debe restringirse únicamente para cuando se esté regresando a la actividad. Posteriormente se lo puede usar antes de hacer el calentamiento para el ejercicio. Estiramiento: Cuando el dolor agudo ha desaparecido, se debería comenzar con un estiramiento ligero, hasta donde el dolor lo permita. Se debe sostener cada estiramiento durante 10 segundos y repetir hasta 6 veces y hasta 4 veces al día. En general ante la persistencia de dolores fuertes, se recomienda no proseguir exigiendo la parte afectada con más ejercicios o movimientos, ya que se puede lesionar aún más la zona y dejarla incapacitada por varios meses.

CAUSAS


*Balance muscular no adecuado Todos los grupos musculares comprenden músculos de funciones contrarias (agonistas y antagonistas. Bíceps y tríceps, cuádriceps e isquiotibiales). Cuándo existe un desequilibrio entre ambos, aumenta el riesgo de lesión.
*Déficit de elasticidad La falta de elasticidad entre las fibras musculares hace que el músculo sea más rígido, aumentando así el riesgo de rotura.
*Alteración higiénico-dietética Cuando hablamos de esto nos referimos a una deshidratación antes, durante y post deporte. El músculo deshidratado está más expuesto a lesiones. El abuso de alcohol, drogas o corticoesteroides son prácticas que pueden provocar una deshidratación grave y por lo tanto favorecer la rotura muscular.
*Desórdenes histo-químicos Las alteraciones de los oligoelementos necesarios para el metabolismo muscular pueden facilitar este tipo de lesiones. Por eso es importante respetar los periodos de recuperación y aportar éste tipo de nutrientes.
*Mal apoyo, tipo de zapatillas, gestos deportivos incorrectos La mala postura al correr o apoyar o unas zapatillas inadecuadas para el deporte que se practica, son algunos condicionantes que pueden conllevar un sobreesfuerzo muscular con la consiguiente sobrecarga.
*Descanso insuficiente, dormir pocas horas La falta de sueño, el exceso de entrenamiento afectan a la recuperación y a la tensión muscular.
*Calentamiento insuficiente Un calentamiento corto, de poca intensidad o inadecuado puede, no solo no ayudar a prevenir lesiones musculares, sino incluso favorecerlas.
*Condiciones atmosféricas, clima En un clima frío y húmedo la tensión muscular es mayor, se hace más difícil el calentamiento y la recuperación y se reduce la elasticidad, favoreciendo la aparición de lesiones musculares.
*Condiciones propias de cada deportista La raza, el sexo o las condiciones genéticas pueden afectar significativamente en la aparición de roturas musculares. También cada deportista tiene una diferente capacidad de regeneración o curación.
*Debilidad de un músculo dentro de un mismo grupo muscular La debilidad de un músculo concreto que forma parte de un grupo muscular implica que unos tendones tengan que trabajar más para complementar la debilidad del resto, provocando una descompensación y facilitando la rotura muscular.

PREVENCIONES

El calentamiento previo a la actividad física es fundamental para evitar los dolorosos desgarros.Dependiendo del deporte que se va a realizar, los ejercicios deben incluir movilidad articular de menos a más amplitud, y de menor a mayor velocidad. Algunos profesionales recomiendan entrenamientos específicos de flexibilidad y de fortalecimiento muscular excéntrico. Por ejemplo, ejercicios de estocadas o sentadillas para prevenir lesiones musculares en extremidad inferior.